Las personas son como rosas

El otro día mientras paseaba por delante de un precioso jardín lleno de rosas de colores, me quedé observando una de ellas y en ese momento mis guías aprovecharon para darme un mensaje.

Intentaron explicarme, que nosotros normalmente, intentamos siempre llegar hasta el corazón, y que nuestro mayor trabajo durante toda la vida es ir descubriendo quiénes somos realmente, ir eliminando patrones, creencias, sanando antiguas heridas y dolores. Vamos quitando capas de nosotros, poco a poco, eliminándolas como si fueran los pétalos de una rosa (me enseñaban una rosa a la que le iban quitando los pétalos).  Y además solemos creer que esas capas que tenemos son algo malo.

Pero si quitamos todos los pétalos de esa rosa, y ya puestos, las espinas y las hojas, y llegamos al centro de la flor, al estambre y los pistilos,…Si nos paramos entonces a observarla ¿qué queda? ¿Verdad que ya no sería una rosa? Habremos llegado al centro de ella pero ya no tendrá la apariencia de una rosa, será otra cosa.

Con esto querían decirme, que está muy bien ir sacándonos capas de miedos, de dolor, de creencias, pero no debemos olvidar que esas capas también forman parte de nosotros, son nosotros mismos, como los pétalos de la rosa. Nosotros somos esa rosa, en conjunto, con sus espinas de autodefensa cuando nos han herido, con sus hojas que reflejan el sol, y con sus pétalos (sus capas) y centro (su corazón).

Por tanto, no debemos olvidar que todas esas capas también somos nosotros y eso no quiere decir que seamos algo malo, algo que haya que extirpar, si no que dentro de nosotros hay muchísimo. Si perdiéramos todo lo que nos forma, dejaríamos de ser una persona, seríamos otra cosa, como las rosas.

Así que el mensaje de ellos es tan simple, como que nos amemos a nosotros mismos por completo, con espinas, con hojas, con capas y con corazón. Somos como esa rosa, porque si perdiera su forma, dejaría de ser una rosa, para ser otra cosa.

Si tú dejases de ser quién eres, ya no serías tú.

Mikaela