El Juicio

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el Juicio es:

Facultad del entendimiento, por cuya virtud el hombre puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso.

Opinión razonada que alguien se forma sobre una persona o una cosa

Ayer el Arcángel Miguel me indicó que a partir de ahora debía eliminar de mi vocabulario por completo el verbo JUZGAR. Cuando estamos juzgando cometemos dos errores, por un lado, asumimos que hay una dualidad, que existen los opuestos, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la belleza y la fealdad. Si me estáis leyendo, es porque al igual que yo, estáis en vuestro camino espiritual y por tanto, ya habéis aprendido hace tiempo que no existe esta bipolaridad ya que TODOS SOMOS UNO. El mal no existe, tan sólo es la ausencia de luz, al igual que lo opuesto al amor no es el odio, si no el miedo. Son distintas caras de una misma moneda pero que es una moneda única.

El segundo error que cometemos juzgando, es creer saber lo que es mejor para esa persona de la que opinamos, y eso, sólo lo sabe su alma. Nadie tiene el poder de dirigir el camino de evolución de una persona, nadie puede decirle si anda errado o si está en lo correcto, nadie salvo él mismo. Si él o ella eligieron tener determinadas vivencias, nadie puede decir que se equivocaron al hacerlo, al revés, debemos callar y respetar y sobre todo honrar su grandeza y su luz. Lo único que podemos hacer cuando no estemos de acuerdo con las acciones de alguien es apartarnos de su vida si así lo decidimos, o si realmente sentimos amor por ella, sostenerla, apoyarla y acompañarla en su proceso.

Esto es lo que dice el Arcángel Miguel, que ha intervenido mientras escribía el artículo:

“El juicio distorsiona nuestra realidad creando la ilusión de que somos diferentes, de que estamos separados y de unos son mejor que otros. El juicio no sirve para nada más que para separar, partir, herir al otro cuando no respetamos sus sentimientos. Debéis tener la facultad de haceros responsables de vuestros actos sin juzgaros. No hay peor forma de faltaros a vosotros mimos que dejando de respetaros, pues el respeto nace del amor hacia vosotros mismos. No podéis pretender que os amen si no os amáis vosotros. Y no olvidéis que el juicio más inflexible es el que cometéis hacia vosotros mismos.

Frente a esto, optad por la compasión y la misericordia. Acunaos entre vuestros propios brazos cuando viváis un aprendizaje que pueda ser más duro o más fuerte. Recordad que los maestros son elegidos por vosotros y que no viviréis nada que no podáis superar. Al revés, daos palmaditas en la espalda si falláis en vuestro intento. Y dejad de llenaros de aspiraciones, salvo las que sean seguir a vuestro corazón. No existe la perfección salvo la de dios y vosotros como dioses que sois también tenéis la perfección en vosotros. No juzguéis y habréis dado un paso gigante hacia la eternidad.

Cuando uno juzga cree estar en la posesión de la verdad, cuando lo único que hace es dar una perspectiva. Recordad que cada persona ve el mundo a través de unos ojos que puede que no sean los tuyos y no por eso están equivocados. Todos somos la misma energía, la energía de la luz y del amor. Cuando traspaséis el umbral nadie os juzgará. No hay Dios castigador ni nadie que pese vuestras buenas acciones en una balanza, sólo hay lecciones y aprendizajes, llenas de amor y de fortaleza. Amados míos, estáis aquí para vivir la experiencia y debo daros la enhorabuena por vuestra valentía. Tenemos tanto que esperar de vosotros, tanto váis a avanzar. Eliminad esta palabra de vuestro vocabulario, resulta un peso innecesario en vuestra felicidad.”

GRACIAS ARCÁNGEL MIGUEL

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